Una decoración sencilla, casi austera, define el interior de cada una de las estancias de La Granja – The Farmhouse, un pequeño hotel habilitado con cinco suites y una casa de huéspedes independiente situada en la isla de Ibiza. Se trata de una residencia privada que se ha abierto al público en un acto por garantizar su preservación, y que en la actualidad, en su rehabilitación, se ha querido mantener (e incluso resaltar) las imperfecciones y desgastes producidos en sus paredes por el transcurso del tiempo. Bajo una arquitectura clásica ibicenca y ciertas influencias moriscas, este pequeño hotel supone un homenaje a la vida sencilla, con una decoración cuidada aunque desnuda en adornos.
Tan simple es su interiorismo, que la propia edificación se convierte en la protagonista de un espacio que exhibe orgulloso su pasado, donde paredes arqueadas y techos con vigas de madera oscura siguen mostrando materiales y superficies defectuosas, con cicatrices, en una clara alusión al paso del tiempo y la historia del lugar.
“la propia edificación se convierte en la protagonista de un espacio que exhibe orgulloso su pasado, […] superficies defectuosas, con cicatrices”
Es precioso, pero la relación calidad precio es exagerada. …
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