Retro pero minimalista y de tendencia, así esta cocina que se nutre de referencias estéticas propias de décadas pasadas para adaptarlas a las corrientes actuales convirtiéndola en una propuesta decorativa totalmente original y muy fresca. Iluminación muy 50’s, gruesas cortinas aterciopeladas, azulejos cuadriculados y suelo de terrazo se combinan con voluminosos muebles en madera y hierro para dotar a esta cocina de una apariencia a la altura de su emplazamiento; una vivienda propiedad del arquitecto de interiores belga Frederic Kielemoes quien adquirió un antiguo granero de lino típico de la región de Flandes para convertirlo en su hogar tras una cuidada rehabilitación.