Situado en los bajos de un edificio fechado del primer tercio del siglo XIX y ubicado tras un espeso jardín que le da acceso, descubrimos el taller de la firma Tortus Copenhagen, un espacio que permanece medio oculto pese a encontrarse en mitad del bullicioso centro de la ciudad, hecho que favorece al proceder pausado propio de un oficio que hace de las manos de uno mismo la herramienta de creación de delicadas piezas de cerámica. Diseñador y maestro alfarero, Eric Landon dota de apariencia cada pieza en este mismo espacio dejando fluir sus manos libremente sobre la delicada superficie del material trabajado, moldeándolo hasta crear excepcionales objetos, tanto en forma, como en el color y la textura final.
