Lo original, lo innovador por su propia condición que lleva al cambio, tiene la capacidad de abrir nuestra mente a nuevos encuadres y sorprendernos con ello. Este es el caso del peculiar espacio proyectado por interior architects i29, en lo alto de una torre de un edificio de Amsertdam, más concretamente en la cima de los grandes almacenes De Bijenkorf, quienes junto al Rijksmuseum, han concebido este lugar, anteriormente en desuso, como residencia temporal para artistas de todo tipo de disciplinas, para que estos puedan utilizarlo como lugar en el que desempeñar sus proyectos.
Partiendo de la monumental escalera en espiral que en origen daba acceso a lo alto de la torre, encontramos distribuido a su alrededor dos espacios diferenciados, el menor de ellos contiene la intervención principal, una instalación con paneles de madera de pino que proporciona distintos niveles en los que dormir y trabajar, conteniendo un escritorio, una despensa, un sofá-cama oculto tras un cubo voladizo y finalmente, un baño; en contraposición a este, destaca la mayor cabida del espacio, ideado en un blanco impoluto con la intención de crear un rincón visualmente libre de cualquier accesorio, destacando de este modo, la visión ofrecida a través de los dos grandes ventanales que lo flanquean. Una iniciativa que busca reforzar las labores de diversos artistas y que supone también, una muestra de una arquitectura poética a la vez que creativa.
Acabo de enamorarme con todo mi corazón! Cuanta luz! Es realmente encantador