Hay ocasiones en las que la decoración se mueve por sentimientos que van más allá de simples gustos, la moda imperante o aquello que consideramos nuestro estilo propio. Os hablo de las motivaciones que nos lleva a emplear una línea de mobiliario en detrimento de otra respondiendo a una relación directa con el entorno, ya sea por la localización, historia o carácter del espacio en cuestión.
Y es que para decorar, debemos hacer uso de nuestra propia personalidad pero también saber leer la del lugar que pretendemos vestir, del mismo modo que ejemplifica la cocina de las imágenes, ubicada en una vivienda situada en la población costera de Polignano a Mare, Italia. Una antigua construcción que asoma al mar Adriático y que fue edificada a partir de las piedras substraídas del propio acantilado donde se encuentra, datos que nos permiten comprender la sencillez de un mobiliario que en su simplicidad, reafirma el valor de la piedra dotándola a su vez, de todo el protagonismo del que es merecedora.
En total armonía con el resto del edificio, revestimientos, entorno…
¡¡De 10!!
preciosa cocina, tan integrada con el espacio y el entorno… parece un elemento natural más.
Jo, me quedo con ganas de ver más…